Los gatos son animales increíbles.
Puede que estés dudando en tener uno o no, así que queremos darte toda la información que necesitas para tomar la mejor decisión.
Pensando en él y en ti.
- La llegada de un gato a casa
Adoptar un gatito
Adoptar un gato adulto
2. La educación de tu gato
3. Cuidados esenciales de tu gato
4. Señales que te indican que todo va bien
1. La llegada de un gato a casa
Cuando un gato llega a casa necesita un periodo de adaptación, hablamos de entre unos pocos días a unas cuantas semanas.
Tienes que dejarle que se sienta cómodo, debe tener una zona preparada para él con todo lo que necesite y no ha de tener acceso a toda la casa, de momento.
Eso ya llegará, o no, lo decides tú.
Igual hay habitaciones a las que no quieres que acceda, tienes que enseñarle desde el principio los límites y no habrá problema.
Debe conocer su territorio, donde están sus cosas: su arenero, su comida y su agua, su lugar para dormir, y dejarle claro con qué puede o no jugar.
Es importante que tengas en cuenta que el comedero y el bebedero deben estar en una habitación distinta que el arenero.
Tienes que tener paciencia, enseñarle y sobre todo darle mucho cariño y compañía.
Al contrario de lo que se piensa, los gatos no son animales independientes, que van a su aire y no necesitan de ti.
No es así, quiere que pases rato con él, que juegues y le acaricies.
Un gato estará en casa deseando que llegues para acurrucarse a tu lado y recibir tus caricias.
Una buena adaptación a ti y a tu familia va a evitar situaciones desagradables en un futuro.
Solo tienes que tener paciencia, darle cariño e intentar comprenderlo.
Cualquier comportamiento extraño que veas puede ser porque quiere decirte algo, está a disgusto, o no se encuentra bien.
Es posible que necesites ayuda para entenderle.
Tu veterinario es quién mejor puede hacerlo, acude a él.
Cuando llega un gatito
Si la adopción de tu gato ha sido desde chiquitín, vas a ser, en gran parte, el responsable de su socialización.
Para eso ten en cuenta que el periodo de su vida en el que está más receptivo al aprendizaje, y en el que tienes que prestar más atención, es entre el mes y medio y los tres meses de edad
En este periodo, lo ideal es que se mantenga con su madre y sus hermanos (u otros gatos).
Es la época en la que vas a poder educar y conseguir que sea un animal tranquilo y feliz.
El comportamiento de un gato depende en gran parte de su herencia genética (ante eso poco puedes hacer), pero es muy importante la socialización desde cachorros.
Es crucial utilizar el refuerzo positivo en su educación.
Nunca, nunca debes emplear maltrato físico o gritos para enseñarle.
Un gato no va a entender qué ha pasado y se va a comportar de una manera más huidiza contigo en ese caso.
El cariño es la mejor educación.
Premios contra castigos.
Puedes redirigir una conducta inadecuada, pero nunca obligar con gestos o voces.
Piensa que hace cosas que no sabe si están bien o no y tú eres quién debe enseñarle.
Enseñar, no castigar
Los premios y las caricias, le harán distinguir qué y qué no puede hacer.
Es muy pequeño y va a querer jugar y jugar, ya sea contigo o con lo que tenga a mano.
No dejes a su alcance nada peligroso para él o que tú no quieras que coja.
Evita que pueda destrozar objetos, muebles, dejando a su alcance rascadores que pueda usar.
Cuando llega un gato adulto
Diferente es que hayas adoptado a un gato que no tengas la certeza de su vida anterior, puede que se muestre reacio, a ti o al entorno.
Entiende que es posible que haya sido maltratado y no esté muy cómodo con las personas.
Acostúmbrale poco a poco.
Tiene que ver que contigo no va a sufrir ningún daño.
Dale espacio, y conseguirás que se vaya acercando a ti.
2. La educación de tu gato
Los gatos son animales que van a desarrollar su carácter y temperamento durante toda su vida.
Son imprevisibles.
Todo lo que aprendan de ti va a hacer que se comporten de manera más sociable y que no tengas ningún problema a lo largo de su vida.
Son territoriales y rutinarios.
Cualquier pequeño cambio puede incomodarlos y generarles estrés.
Juega con él, mantenlo activo, y no dudes en consultar si ves que cambia su comportamiento sin motivo aparente.
Son animales que no muestran si les pasa algo, si te das cuenta es que ya no pueden más y lo exteriorizan, tu veterinario te puede ayudar.
No se acercan por iniciativa propia a nosotros, si pretendes crear un vínculo con una nueva persona que llegue a tu casa, ten paciencia.
Si se sienten en peligro o acorralados te van a avisar, con bufidos y gruñidos.
No es así con quienes convive, entonces son cariñosos e intentan llamar la atención para conseguir caricias y juegos.
Según se hace mayor, va a buscar más tranquilidad.
Entiende que ya no le va a apetecer estar para arriba y para abajo, dale el tiempo que necesita sin olvidar las caricias que está esperando.
3. Cuidados esenciales de un gato
Es muy importante que, cuando llegue tu gato a casa, cuentes con un veterinario (enlace post anterior) que es quien mejor te va a decir los pasos que debes seguir.
Sobre todo al principio, es bueno que estés en contacto con él para comprender muchos detalles del comportamiento diario de tu gato
Es esencial cumplir las pautas de vacunación y desparasitación.
No puedes dejar de hacerlo para darle la vida que se merece.
Una buena alimentación con una dieta sana, equilibrada y de calidad ayudará a que tengas un animal sano y feliz por muchos años.
Los gatos no pueden ser más limpios.
No vas a encontrarte sus necesidades por la casa, pero si ocurriera, igual es por algún problema que tienes que descubrir.
Preocúpate de que siempre tenga su arenero limpio para que se sienta cómodo en él.
4. Señales que te indican que todo va bien
Te va a saludar, y es posible que se frote contra tus piernas.
Ya sea cada mañana o cuando llegas, te quiere demostrar que se alegra de que estés aquí.
Haz tú lo mismo y dedica unos minutos a acariciarle.
La hora de la comida, ver que come tranquilo, que le gusta, se termina la ración… es muy bueno, así considera que tiene una necesidad vital cubierta.
La hora del aseo, los gatos son increíblemente limpios y pueden dedicar mucho tiempo a su aseo diario, es otra señal, una muy buena señal.
Si ves que deja de acicalarse debes preocuparte y consultar a tu veterinario, solo va a dejar esta costumbre si no se encuentra bien.
Mantiene una postura relajada, cuando ves que está tumbado con las patas “guardadas”, metidas hacia adentro, es que no tiene la intención de moverse de ahí, no está amenazado, confía y está tranquilo.
Escuchas que ronronea, este sonido característico de los gatos cuando está a tu lado, o le acaricias, te dice que ahí es donde quiere estar, y contigo.
El juego es otra señal, pero ten en cuenta que hay gatos más activos o juguetones que otros, si está tranquilo puede pasar sencillamente que no le apetece jugar.
Con todo esto esperamos que hayas visto la suerte que es poder contar con un gato en tu vida.
Es un animal limpio, tierno, sociable, y educado al que solo tienes que querer para que te devuelva todo ese cariño.
Como siempre te decimos, no dudes en consultarnos cualquier duda ante un cambio de sus rutinas, o un comportamiento fuera de lo habitual.
Ten por seguro que, si ocurre, es porque te quiere decir algo y, en ese caso, te podemos ayudar.