Hipertensión es el término médico que se utiliza para referirnos a la presión arterial alta.
Con unas consecuencias muy graves en los gatos, no tener unos síntomas muy definidos hace que te des cuenta tarde.
Vamos a hablar de todo esto aquí.
Índice
1.- Conoce la hipertensión felina
- Cómo darte cuenta de que tu gato padece de hipertensión
2.- Síntomas de que tu gato puede sufrirla
- Comportamientos que te deben preocupar
3.-Posibles causas de su aparición
4.- Consecuencias que puede llegar a sufrir tu gato
5. Diagnóstico y tratamiento de hipertensión felina
- El momento de tomar la tensión
- Valores referentes de presión arterial en gatos
- Consejos para alejar a tu gato de la hipertensión felina
1.- Conoce la hipertensión felina
La presión arterial es la fuerza de la sangre al empujar contra las paredes de las arterias, tras ser bombeada por el corazón.
Existen unos valores de referencia que, si se sobrepasan, hablamos de hipertensión, en el caso de los gatos, es muy peligroso no detectarla a tiempo.
Puede provocar daños en órganos internos sin que existan apenas síntomas, por lo que tiene vital importancia un diagnóstico y un tratamiento tempranos, para evitarlos o, por lo menos, reducirlos.
El que no haya otra enfermedad que la pueda provocar dificulta el detectarla, si no es con un control periódico.
El riesgo en estos animales aumenta con la edad (1 de cada 6 gatos de más de 7 años, la padece) o si ya tienen un problema de riñón.
La hipertensión en los gatos aparece de manera repentina y con consecuencias muy graves.
Cómo darte cuenta de que tu gato padece hipertensión
Muchas veces se diagnostica la hipertensión felina cuando se manifiesta como consecuencia de otra enfermedad.
Los síntomas de ésta son los que dan la voz de alarma.
Entonces, es cuando el veterinario la diagnóstica y puede empezar a tratarla de inmediato.
Darte cuenta demasiado tarde tiene unas consecuencias terribles para tu gato.
Una vez que cumple los 7 años, debes revisar su presión arterial con asiduidad.
Tu veterinario te va a aconsejar cuándo realizar ese proceso, valorando el historial del felino.
Al no tener síntomas visibles, puede pasar desapercibida durante años y llegar a un punto donde las consecuencias son irreparables.
Hay posibilidad de daño en órganos vitales como ojos, riñón, corazón y cerebro.
2.- Síntomas de que tu gato puede sufrirla
Te hemos comentado que ella, por sí sola, no tiene síntomas aparentes que te hacen darte cuenta.
Muchas veces padecer una enfermedad, que no tiene nada que ver, destapa este problema añadido que hay que tratar.
Los síntomas son tan poco definidos que, muchas veces, reaccionas cuando se observan hemorragias intraoculares y el gato sufre de ceguera (temporal o ya, en casos extremos, permanente).
Entonces, ya es demasiado tarde.
Aun así, hay cambios de comportamientos o de las rutinas de tu gato, que pueden ayudar a diagnosticarla.
Comportamientos de tu gato que te deben preocupar
Como ante cualquier otra patología, es importante estar pendiente del comportamiento del felino.
Cuando se notan cambios en las costumbres de un animal tan rutinario como un gato, hay que consultar con un veterinario para saber el por qué de esta conducta.
Es importante, estar muy pendiente si, sin causa aparente, hace cosas como:
- Rechazar su caja de arena y realizar sus necesidades fuera de ella.
- Mostrarse demasiado nervioso e hiperactivo que de costumbre.
- O todo lo contrario, que está triste o muestra apatía.
- Si tiene sangre en la orina.
- Si se oculta, no le apetece estar contigo.
- Si notas sangrado nasal.
- Si baja de peso, por falta de apetito.
- Si notas hemorragia en el globo ocular, ya es muy alarmante.
- Cuando sufre pérdida de visión, aunque sea temporal.
Siempre te aconsejamos que si notas algo raro en tu gato, nos consultes, igual no es nada grave, pero es su forma de decir que pasa algo.
3.- Posibles causas de su aparición
Hay casos en los que, aún sin notar en él nada fuera de lo normal, debes estar pendiente y hacer revisiones con la frecuencia que te indique tu veterinario:
- Por edad, a partir de los 7 años es muy propenso a sufrirla.
- Tener otra enfermedad, con o sin relación aparente, puede provocarla junto con los síntomas que derivan de ella.
- El sedentarismo y el sobrepeso son dos hábitos poco saludables que la favorecen.
4.- Consecuencias que puede llegar a sufrir tu gato
Son muy graves.
Afecta a órganos vitales, lo que disminuye, en gran medida, su calidad de vida o, incluso, acaba con la muerte.
1.-Lesiones oculares
Hemorragias intraoculares, desprendimiento o inflamación de retina llegando incluso a una pérdida de visión que no se recupera.
Entre el 40 – 70% de los gatos que la sufren tiene problemas de retina.
2.-Lesiones en el cerebro y sistema nervioso
Estas hemorragias en el cerebro pueden afectar al sistema neurológico, llegando a provocar en el animal tambaleos, demencias o convulsiones
3.-Lesiones del corazón
Le cuesta más bombear la sangre.
Se manifiesta con una disminución de actividad, aumento de somnolencia y problemas respiratorios, también lo puedes notar aletargado y demasiado tranquilo.
4.-Lesiones en los riñones
La hipertensión está asociada a la insuficiencia renal, en mayor medida, y suele ser un problema añadido en felinos que sufren esta patología.
Cuando la hipertensión no es provocada por ninguna otra enfermedad, es, en la mayoría de los casos y si se detecta a tiempo, posible de controlar y evitar males mayores.
En caso contrario, va a depender del avance de los síntomas de esa enfermedad que la ha provocado.
5.- Diagnóstico y tratamiento de la hipertensión felina
Un diagnóstico temprano es muy importante para empezar el tratamiento cuanto antes.
Te aconsejamos revisiones periódicas en las que se realice una medición de estos valores, como mínimo, una vez al año, una vez que tu animal alcanza los 7 años.
Se hace de manera similar a las personas.
Es un proceso rápido, fácil e indoloro, aunque, a veces, es algo complicado porque hay que conseguir que el gato esté tranquilo.
Tenerla controlada aumenta su calidad de vida durante más años.
También un examen de la retina del ojo nos puede ayudar a detectarla, la hemorragia intraocular es una consecuencia bastante común de esta enfermedad.
Tu veterinario te va a prescribir la medicina adecuada, un tratamiento que deberá seguir ya el resto de su vida.
El momento de tomar la tensión a tu gato
Es importante que el gato esté tranquilo para que los valores que se obtengan no sean erróneos, derivados de una situación de estrés.
Un ambiente en el que se encuentre a gusto va a facilitar que se relaje.
Antes de hacer la revisión hay que conseguir que se tranquilice.
Es buena idea sacarlo del transportín y tenerlo unos minutos en la consulta, hasta que se dé cuenta de que no pasa nada y desaparezca el nerviosismo que le genera la situación que está viviendo.
Una vez conseguido esto, el proceso es muy similar al de las personas y en pocos minutos habrá acabado.
Valores referentes de presión arterial en gatos
La presión arterial se mide en mmHg (milímetros de mercurio) y, en gatos, tenemos unos valores referentes:
Entre 120-140 mmHg, tu gato tiene unos valores normales.
De 141 mmHg a 159 mmHg se considera hipertenso.
De 160 mmHg a 179 mmHg, hablamos de hipertensión moderada.
Valores de 180 mmHg o más, ya vamos a considerar que sufre de hipertensión severa.
Consejos para alejar a tu gato de la hipertensión felina
Sus hábitos diarios ayudan a que tu gato no la padezca.
Evita el sedentarismo y la obesidad con un estilo de vida saludable y una alimentación adecuada.
Un ambiente tranquilo, y una estimulación a través del juego facilita que tu gato esté más sano, activo y feliz.
Recuerda realizar mediciones periódicas una vez que se haga mayor.
En Clínica Veterinaria Lucero vamos a ayudar a que tu gato esté lo más tranquilo posible, dentro de lo que es esta situación para él.
Con nuestra sala de espera separada de los perros, va a sentirse más seguro, y entrará calmado a consulta.
Intentamos, en lo posible, organizar las citas diarias para que los gatos sean tratados en la misma sala, evitando la sensación de miedo que pueden tener si antes ha estado en ella un perro.
Todo esto ayuda a tranquilizar al animal y que, ya sea el tomarle la tensión o realizar cualquier otra revisión o tratamiento, sea lo menos incómodo posible para él.